- No fué nada serio - dijo -. Las relaciones amorosas entre los de Villiers y los Montrose no parecen contar con el favor de los hados. Podría decirse que están condenados de antemano al fracaso.
- Creo que esta advertencia es totalmente inncesearia, tío. - dijo Gideon cruzándose de brazos -. Definitivamente, ella no es mi tipo.
Con <<ella>> se refería a mí, pero tardé varios segundos en asimilar la ofensa. Mi primer impulso fue replicarle algo del estilo <<A mí tampoco me van los tipos creídos>> o <<Vaya, qué alivio. De hecho, ya tengo novio. Uno con buenos modales>>. Pero al final me limité a cerrar la boca.
Muy bien. Yo no era su tipo. ¿Y qué? Pues nada.
La verdad es que me importaba un pimiento.
Rubí
Kerstin Gier
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