Era un día de pleno invierno como otro cualquiera, hacia demasiado frio y el sol
no se molestaba en brillar para calentar la tierra helada. Los relojes marcaban las cinco
y cuarto de la tarde. Las escuelas habían cerrado hacia mas de una hora, los comercios
mantenían las puertas entornadas con las calefacciones encendidas a la espera del cliente
despistado que saliera a la gélida calle a comprar; en las fabricas los trabajadores apuraban
las escasas dos horas que quedaban hasta el toque de fin de turno, y todas aquellas personas
que no se encontraran entre las anteriormente mencionadas, se hallaban de manera cabal y coherente encerradas en sus acogedoras y cálidas casas buscando la comodidad del hogar.
martes, 22 de noviembre de 2011
Cuando la memoria olvida
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Tengo muchas ganas de leerlo *__*
ResponderEliminarBesos!
La verdad no me ha llamado nada... Pero es cuestion de gustos ^^
ResponderEliminarTe espero en mi blog :)
Lo tengo pendiente, haber que te parece.
ResponderEliminarBesos
ME gustó mucho la novela, sobre todo la parte "humana" la romántca no tanto.
ResponderEliminarUn beso
Dácil